Bodegas y Viñedos Artadi
Desde
la fundación de Artadi en 1985, el ímpetu, la constancia y el perfeccionismo han situado el nombre de la bodega en primera línea
de La Rioja. Inicialmente nació como una cooperativa de diferentes
elaboradores de la zona especializados en vinos jóvenes y se ha
acabado convirtiendo en una bodega que explota sus propios viñedos.
La primera etapa estuvo marcada por su exitoso vino joven de
maceración carbónica Artadi y el vino de crianza Viñas de Gain.
Fue ya en la década de los 90, con la creación de Pagos Viejos,
Viña El Pisón y Grandes Añadas, cuando se convirtió en una bodega
de referencia en La Rioja. Juan Carlos López de Lacalle es el
gerente de la bodega desde su fundación y uno de los enólogos más
reputados del país. La bodega se encuentra ubicada en el emblemático
municipio de Laguardia (Álava), a unos 630 m sobre el nivel del mar.
Las
viñas están protegidas de las borrascas y del frío clima atlántico
por la Sierra de Cantabria. Su situación le permite disfrutar de un
clima caracterizado por un invierno duro (-10ºC), verano caluroso
(30ºC) y otoño y primavera suaves y agradables. Durante el ciclo
vegetativo la temperatura media oscila entre 15 y 25ºC y el
diferencial entre el día y la noche durante el período de
maduración varía de los 15 a los 20ºC. El índice de pluviometría
es de 450-600 mm y unas 1.300 horas de sol al año. Los suelos son de
textura arcillo-calcárea y pertenecen al período del mioceno. En
conjunto, una situación geoclimática ideal para el cultivo de la
vid.
"Viña
El Pisón" está ubicada en la Rioja Alavesa. Es un viñedo de
2,4 ha plantada en el año 1945,
Terreno
Viña el Pisón
"Viña
El Pisón" está ubicada en la Rioja Alavesa. Es un pago de 2,4
hectáreas de suelos pobres enclavados en una pequeña depresión
protegida por una barrera natural de piedra. Viña El Pisón es,
hasta hoy, la gran obra de López de Lacalle, un vino del que además
se siente especialmente orgulloso porque la finca fue plantada por su
abuelo, Jenaro San Pedro, en 1945. Es “el viñedo de la familia”.
Trabajada
con mimo, en cultivo ecológico, podando en la Luna menguante de
enero; y en la bodega utilizando la mínima cantidad de sulfuroso
necesario, sin remontados agresivos.
La
bodega está ubicada en el emblemático municipio de Laguardia
(Álava), a unos 630 metros sobre el nivel del mar, resguardada de
las borrascas y el frío clima atlántico por la Sierra Cantabria.
Está enclavada en una pequeña depresión con una barrera natural de
piedra. Allí nace su emblemático vino de monoterruño.
Clima
El
alejamiento de las influencias
mediterráneas,
la cercanía
al Cantábrico,
así como la proximidad a dos sistemas montañosos y a dos cursos
fluviales determinan las condiciones climáticas.
La temperatura media
anual es de 12,6 °C, siendo enero el mes más frío con
temperaturas medias en torno a 5 °C y el más caluroso agosto
con 20,6 °C de media. Recoge 504 mm de precipitación total
anual, siendo mayo el mes más lluvioso con 58 mm. Al anochecer
es común que aparezcan vientos de componente norte, el cierzo del
río Oja-Tirón. En otras ocasiones solanazo del
este, regañón del
noroeste, ábrego del
suroeste y siroco del
sureste. En invierno son
muy habituales las nieblas,
causadas por la acumulación de aire frío en el valle con clima
calmado, acompañado de aire caliente que pasa sobre los Montes
Obarenes, lo que provoca que el aire del valle se condense pudiendo
durar la niebla varios días si se mantienen esas condiciones.
Un
clima seco y soleado
El
clima es el factor clave, el que explica la mayor parte de las
diferencias existentes entre los vinos de las distintas localidades,
por lo que nos detendremos a comentar brevemente este tema.
Rioja
Alavesa se sitúa en los 42º de latitud norte, pertenece por ello a
la zona templada de Europa y su clima viene determinado por las
influencias del Océano Atlántico y del Mar Mediterráneo, más o
menos mitigadas por factores topográficos que dan lugar a
situaciones climáticas diversas. Así pues, no puede hablarse de un
clima general sino más bien de yuxtaposición de climas. Entre el
ambiente húmedo del norte y el ambiente árido del sureste existe
una transición climática gradual. Esta gradación climática no es
uniforme en dirección Norte-Sur sino que se producen pequeños
saltos climáticos propiciados por la topografía local. Wagner
estableció para Europa una línea teórica de separación entre los
viñedos que comentamos, que divide también Álava dejando a un lado
las plantaciones de chacolí y al otro el viñedo de la Ribera del
Ebro. Este último está realmente en una zona de transición
climática ya que la línea de Wagner atraviesa Rioja Alavesa
coincidiendo con la isoyeta 450 l/m2 y con la separación climática
de Thorntwaite entre la zona de clima semiárido ( viñedos de Oyón,
Moreda, Lapuebla de Labarca y la parte suroriental de Laguardia,
Elciego y Lanciego) y la zona de clima seco-subhúmedo del resto de
la Rioja Alavesa.
Entre
los diversos datos climáticos que interesan al viñedo de Rioja
Alavesa, la disponibilidad de agua es el factor que más condiciona
la actividad fotosintética de la parra, el grado de maduración de
la vendimia y, en definitiva, la calidad del vino resultante. Otros
factores como la temperatura media anual o la energía solar
recibida, no son limitantes para la vid en los actuales enclaves en
que se cultiva, y no difieren grandemente de unos pagos a otros,
sobre todo en lo que se refiere al período climático clave en
enología (agosto y septiembre), época en que tiene lugar el proceso
de maduración de la uva. Cierto que la vid es una planta muy
austera, que se adapta incluso a terrenos extremadamente áridos,
pero aún así tiene unas exigencias mínimas de agua que le
garanticen la subsistencia, del orden de 250 l/m2 , exigencia que se
duplica si lo que se pretende es una cosecha mínimamente rentable
(unos cinco mil kilos de uva por hectárea). Los excesos
hídricos en momentos delicados tampoco son convenientes;
por ejemplo, la abundancia de lluvias que se da ciertos años en
algunos enclaves de la comarca a fines de verano puede
propiciar el desarrollo de Botritis y otros hongos, así como impedir
la completa sazón del fruto.
Los
datos climáticos que interesan al viñedo de Rioja Alavesa
son: temperatura media anual (12,6º-13,2º), integral
heliotérmica (4,5-5,5 ·10-6) y precipitación
anual (350-650 l/m2 ). Si realizamos el balance hídrico de
nuestros viñedos, restando del aporte de agua (precipitaciones,
condensación, etc.) las pérdidas por drenaje, escorrentía, consumo
de la viña y evaporación del suelo, vemos que en algunos términos
de Rioja Alavesa existe un importante déficit de agua que asciende
hasta 200 l/m2 , mientras que en
otros términos no existe déficit. Esto ocurre así porque aunque el viñedo riojano se instala en un hábitat relativamente homogéneo, existen diferencias climáticas ostensibles entre los pagos más occidentales (Salinillas, Labastida) o los más orientales (Oyón, Moreda), con mayor influencia atlántica en los primeros que en los segundos; así, mientras que en el límite occidental se registran unos 500 l/m2 . de lluvia y la temperatura media es de 12,6º, en el límite oriental esos valores son de 390 l/m2 . de lluvia, y el 13,2º de temperatura. De igual manera hay variaciones climáticas debidas a la altitud, pues la vid se cultiva en Rioja Alavesa desde los 390 hasta los 640 metros según sean fincas próximas al río Ebro (Lapuebla, Elciego, Baños,...) o cercanas a la sierra de Cantabria (Cripán, Leza, Yécora,...) recibiendo éstas unos 650 litros de agua por metro cuadrado cuando las primeras apenas alcanzan los 400 litros.
otros términos no existe déficit. Esto ocurre así porque aunque el viñedo riojano se instala en un hábitat relativamente homogéneo, existen diferencias climáticas ostensibles entre los pagos más occidentales (Salinillas, Labastida) o los más orientales (Oyón, Moreda), con mayor influencia atlántica en los primeros que en los segundos; así, mientras que en el límite occidental se registran unos 500 l/m2 . de lluvia y la temperatura media es de 12,6º, en el límite oriental esos valores son de 390 l/m2 . de lluvia, y el 13,2º de temperatura. De igual manera hay variaciones climáticas debidas a la altitud, pues la vid se cultiva en Rioja Alavesa desde los 390 hasta los 640 metros según sean fincas próximas al río Ebro (Lapuebla, Elciego, Baños,...) o cercanas a la sierra de Cantabria (Cripán, Leza, Yécora,...) recibiendo éstas unos 650 litros de agua por metro cuadrado cuando las primeras apenas alcanzan los 400 litros.
El
papel de la Sierra de Cantabria en la modificación climática no se
manifiesta sólo en el descenso de la temperatura del aire o en el
incremento de la pluviometría según ascendemos por sus laderas. La
misión climática fundamental de este farallón calizo es proteger a
Rioja Alavesa de las influencias cantábricas. Efectivamente, esta
alineación montañosa de espectacular aspecto, con cumbres que
sobrepasan en amplios tramos los 1.300 metros de altura, confiere a
esta comarca el carácter mediterráneo; su esbeltez y altura actúan
de manera decisiva para delimitar una frontera bioclimática de gran
importancia. Por un lado, sus altas cotas protegen a la comarca de
los fríos y húmedos vientos del noroeste; por otro lado, la
orientación al sur del viñedo asentado en sus faldas, suaves rampas
que enlazan con las terrazas del Ebro, hace que el aprovechamiento de
las radiaciones por la cepa sea máximo y la maduración de la uva
sea mucho mejor de lo que corresponde a estas latitudes.
La Sierra de Cantabria
La
Sierra de Cantabria forma una barrera natural que impide la
penetración de la influencia que el Cantábrico ejerce sobre las
provincias vascas, y protege la zona de los frios y húmedos vientos
del norte y noroeste. Este viento llamado 'cierzo', al llegar a la
sierra, la envuelve con un manto de nubes y nieblas pegadas a ella,
que los nativos denominan 'capa del cierzo'.
De
esta manera, Laguardia goza de un clima que nada tiene que ver con el
del resto de la provincia de Alava y, por supuesto, tampoco con las
demás zonas del Pais Vasco, pudiéndo ser definido como clima de
transición hacia la meseta.
Registra
Laguardia unas oscilaciones térmicas muy acusadas a consecuencia de
la altitud de la localidad y de su proximidad a la sierra. Se
caracteriza por tener unos inviernos crudos, en los que el termómetro
puede bajar hasta los 10ºC bajo cero, y unos veranos calurosos, en
los que se pueden registrar temperaturas de más de 30ºC. Los otoños
y las primaveras son suaves y agradables.
El
índice de pluviosidad media se sitúa entre los 450 y los 600 mm.,
integrándose así en el denominado sector seco-cálido.
Comentarios sobre la añada 1999 del propio Juan Carlos de Lacalle:
Invierno
frío y húmedo. La brotación a principio de abril llega a su tiempo
y se desarrolla rápidamente por las suaves condiciones climáticas y
las buenas reservas de las viñas. El 16 de abril la temperatura
oscila por la mañana entre 4 y 6 bajo 0 y hiela por completo todas
las crecidas. Por las condiciones climáticas frías, la viña tarda
de 15 a 20 días para volver a su estado vegetativo anterior a la
helada. Este retraso se notará después hasta la fecha de
recolección. El ánimo de los viticultores sube al constatar la muy
buena recuperación de la viña. Las nuevas brotaciones son
abundantes, desordenadas y llevan racimos pequeños. La floración
tuvo lugar a mediados del mes de junio con un buen cuajado de las
flores.
En
general, y con las lógicas variaciones en los diferentes parajes,
durante el mes de diciembre los viñedos sufrieron temperaturas entre
–5 y –15 ºC que causaron notables daños en yemas productivas en
reposo vegetativo, como se pudo observar posteriormente en la
primavera con la aparición de yemas necrosadas.
Durante
el mes de julio sufrimos un verano soleado y caluroso pero a partir
del principio de agosto, las tormentas fueron abundantes, mejorándose
la segunda quincena. La continuada lluvia fue la nota principal del
mes de septiembre provocando en algunas zonas enfermedades y
pobredumbre antes de la maduración.
La
Rioja Alavesa, por ser más tardía que las demás regiones de Rioja,
esperó hasta principio de octubre para ver madurar sus uvas. La
primera quincena de este mes fue seca y soleada con unas temperaturas
diarias y diurnas excelentes para un buen final de maduración. Estos
quince días salvaron la calidad de la cosecha ‘99.
En
la cosecha ‘99 encontramos vinos de buena calidad que se
vendimiaron después de las lluvias y otros más desequilibrados que
se vendimiaron durante las fuertes lluvias de septiembre. Este hecho,
sumado al efecto de las fuertes heladas de abril, ha proporcionado
una cierta variabilidad en la calidad de ciertos vinos, dependiendo
del momento en que sus uvas fueron recolectadas y del alcance del
hielo.
La
añada 2002, según la bodega:
Como
cada año, las condiciones climatológicas y reacciones de la planta como ser vivo, dibujan las peculiaridades de cada nueva cosecha.
Quizá
este año se reúnen circunstancias climatológicas y cambios en el
crecimiento y desarrollo en el viñedo que condicionaron de forma
especial, la calidad de nuestro vino de la cosecha del 2002.
Analizamos
a continuación algunas peculiaridades de este ciclo vegetativo.
En
algunos de nuestros viñedos con estructura de gravas o con gran
drenaje en el suelo, el agostamiento de la planta no fue del todo
bueno, con una caída precipitada de la hoja en el otoño del 2001 y
la consecuente mediocre configuración final de las yemas productivas
de la próxima cosecha. Esto motivó la definiente brotación
productiva que obtuvimos en estos viñedos en la primavera del 2002.

La
fecha de brotación (20 de marzo) estuvo dentro de la media
registrada durante los últimos años en la zona, pero con las
conocidas diferencias entre los viñedos asentados en las
proximidades del Río Ebro y aquellos que se sitúan en las faldas de
la Sierra Cantabria.
El
5 de abril, es decir en los primeros estadios de crecimiento de la
planta, sufrimos temperaturas próximas a los –3 ºC, quedando
afectados, en general, todos nuestros viñedos y en particular, los
más tempranos, de suelos sueltos y próximos al cauce del Ebro.
El
gran incremento de temperaturas sufridas después de estas heladas,
propició un cierto desequilibrio férrico que hubo que corregir por
vía foliar. Por los mismos motivos (calor en exceso en este periodo)
tuvimos un arduo trabajo para controlar los ataques de ácaros y
trips.
El
desarrollo durante el mes de mayo fue relativamente bueno. Durante
los primeros días de junio, se registraron en Laguardia 60 litros de
lluvia. Este fue el accidente más grave y decisivo para la pérdida
de producción de este cosecha 2002. Era el momento previo a la
fecundación y cuajado de los racimos que se vieron afectados por el
efecto del agua y en algunos casos con la aparición de focos de
botritis en floración. Posteriormente la climatología durante el
verano fue benigna y podríamos decir que hasta buena, pero la planta
no pudo compensar completamente la pérdida de su crecimiento y
desarrollo ideal debido a los accidentes sufridos hasta entonces.
Por
último, las lluvias del mes de septiembre nos provocaron algunos
brotes de botritis por lo que tuvimos que realizar una primera
vendimia seleccionando los racimos en el viñedo para dejar solo en
la planta aquellos racimos sanos para la consecución de una buena
maduración, iniciando la vendimia general el día 2 de octubre.
Como
conclusión podemos decir que ha sido un año difícil con mucho
trabajo, con grandes cuidados y actuaciones en el campo para poder
conseguir al final una cosecha reducida, en cuanto a volumen se
refiere, pero de una calidad que podemos clasificarla como buena.
Ahora quizá, es un poco pronto todavía para valorar la evolución
futura del vino y debemos esperar algunos meses para poder tener una
primera impresión en cata que configure el nivel real cualitativo de
esta cosecha 2002.
La
añada 2006, según la bodega
La
característica más reseñable de la cosecha 2006 fueron las
frecuentes y en ocasiones intensas precipitaciones registradas a lo
largo de todo el ciclo vegetativo. Estas lluvias se hicieron más
intensas en momentos críticos del ciclo vegetativo y de forma más
regular durante todo el desarrollo del viñedo determinado las
peculiaridades y la calidad de esta cosecha.
Ha
sido un año con una pluviometría media. Es decir, se han registrado
de octubre 2005 a septiembre 2006, 547,1 litros/m2 siendo la media
interanual de 558,4 litros/m2.
Las
altas precipitaciones registradas durante los meses de octubre,
noviembre y diciembre del año 2005 ( 227,7 litros/m2 ) aseguraron
una alta reserva hídrica. Este hecho, unido a los 60 litros/m2
registrados en el mes de marzo, favorecieron la brotación del viñedo
en primavera.
Es
de interés hacer notar, las altas precipitaciones, por encima de la
media, de los meses de marzo, abril, junio y julio. Así
como, reseñar las precipitaciones de los meses de
septiembre y octubre que condicionaron de forma notable el desarrollo
de la vendimia.
Como
resumen podemos decir, que el 2006 fue un año lluvioso que propicio
un buen desarrollo vegetativo pero con incidencias en el estado
sanitario del viñedo y una cierta dilución de los mostos.
En
cuanto a las temperaturas medias registradas fueron algo más bajas
que las medias de los últimos dieciocho años. Temperatura media,
12.49 º C y temperatura media mínima 7.82ºC
En
cuanto a temperaturas durante el ciclo vegetativo, se registraron dos
momentos críticos: Una helada en la tercera semana del mes de abril
que realmente tuvo una pequeña incidencia en algunos de nuestros
viñedos y la ola de calor registrada durante la primera semana de
septiembre que afecto de forma notable en el desarrollo y en la
maduración final de la vendimia 2006. En estas fechas se llegaron a
registrar temperaturas hasta 40º C . Este hecho ocasionó una parada
momentánea en el proceso de maduración de la uva. Pudimos observar
racimos afectados por golpes de sol, agostamiento y desecación de
las hojas basales. Los viñedos asentados en terrenos más pobres y
menos profundos fueron los más afectados. En fin, un stress general
que afecto, creemos, de forma negativa en la calidad de la vendimia.
En
cuanto a la evolución del ciclo fonológico cabe señalar la buena
brotación generalizada en todas las parcelas, entre el 95 -100 % de
las yemas francas y con una fertilidad alta, entorno al 1,3 racimos
por sarmiento.
Se
observa un pequeño adelanto generalizado en la floración y el
cuajado. Durante la segunda semana de junio consideramos finalizado
el cuajado del fruto un tanto afectado por las intensas lluvias de
este mes de junio.
Desde
este momento hasta principios de septiembre las constantes lluvias y
la importante reserva hídrica acumulada en el suelo propiciaron un
buen desarrollo vegetativo y por lo tanto, un alto riesgo de
enfermedades por hongos con presencia aislada de algunas manchas de
mildiu en hoja.
Tuvimos
que realizar tratamientos fitosanitarios cada 7 -10 días para poder
mantener limpios y sanos nuestros viñedos.
Las
escasas lluvias del mes de agosto (10 litros/m2) favoreció el estado
sanitario general de la planta.
El
tiempo cálido y seco de mes de unido a la ola de calor de setiembre
y quizá las altas dosis de productos fungicidas (sulfatos de cobre y
azufre) afectaron al viñedo produciendo una paralización vegetativa
e incluso en su proceso de maduración.
Al
final, las tres últimas semanas de septiembre con temperaturas
frescas y las notables diferencias entre la noche y el día ayudaron,
en gran medida, a finalizar el proceso de maduración y a la
consecución de una mayor calidad final de la cosecha.
Iniciamos
la vendimia de la uva blanca el dia 14 de septiembre continuamos con
la uva tinta el 23 y finalizamos la recolección el día 18 de
octubre.
La
vendimia resulto un tanto accidentada por la presencia de lluvias
durante los primeros días de octubre que interrumpieron las labores
de recogida. Afortunadamente, recogimos el 90% de la cosecha en
buenas condiciones de sanidad. Solamente una pequeña cantidad de la
vendimia resulto realmente afectada por las lluvias.
En
cuanto a la calidad de la añada podemos decir que el 2006 es un año
marcado por una climatología un tanto adversa y que fue necesaria
una fuerte presión técnica para conseguir buenos resultados.
Cuidados y tratamientos en la viña, riguroso aclarado de racimos y
un severo trabajo en bodega.
El
resultado final fue una vendimia con rendimiento medio de 4.500
kgrs/ha.
En
general, son vinos finos, con elegantes matices de un tempranillo
delicado, meloso y armonioso final de boca. Después de los seis
primeros meses de crianza en barrica, los vinos han experimentado un
buen desarrollo conjugando sus taninos con los de la madera y
generando una delicada expresividad aromática y una mayor
expectativa de evolución.
Clasificaciones de la cosecha según la Denominación de Origen y la revista The Wine Advocate
Cosecha
1999 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la valoración de “Buena”
El
ciclo vegetativo de la cosecha 99 se inicia con un buen
agostamiento de la campaña anterior y con una pluviometría
suficiente durante el invierno, lo que deriva en una muy buena
brotación. La evolución del viñedo es correcta hasta el 16 de
abril, en que una intensa helada afecta a gran parte del viñedo de
la Denominación. Solamente las zonas más altas, por encima de los
500 m, se ven menos afectadas. Esta helada va a ser el factor
determinante en esta campaña, que va a incidir en la evolución del
ciclo y la cantidad de cosecha. Afortunadamente, la recuperación del
viñedo en las fechas próximas a la helada es excelente desde el
punto de vista vegetativo, e irregular en lo concerniente al
productivo, influyendo en este caso aspectos como la edad del viñedo,
el vigor y la variedad.
La brotación es irregular y el número de racimos y el tamaño varía enormemente, produciéndose una distinta evolución en cada caso, diferencia que se va acortando hasta llegar a la vendimia en unas condiciones de maduración semejantes. El cuajado es bueno en todos los casos y el estado sanitario es igualmente satisfactorio hasta el envero, que se inicia con retraso, manteniéndose la irregularidad derivada de la helada. El proceso de maduración es correcto y la diferencia de evolución se va acortando.
La valoración de la cosecha como “Buena” por el Consejo Regulador responde a las características de una cosecha condicionada por una climatología irregular -helada en abril y lluvias en septiembre- que afectó a su normal desarrollo vegetativo.
La brotación es irregular y el número de racimos y el tamaño varía enormemente, produciéndose una distinta evolución en cada caso, diferencia que se va acortando hasta llegar a la vendimia en unas condiciones de maduración semejantes. El cuajado es bueno en todos los casos y el estado sanitario es igualmente satisfactorio hasta el envero, que se inicia con retraso, manteniéndose la irregularidad derivada de la helada. El proceso de maduración es correcto y la diferencia de evolución se va acortando.
La valoración de la cosecha como “Buena” por el Consejo Regulador responde a las características de una cosecha condicionada por una climatología irregular -helada en abril y lluvias en septiembre- que afectó a su normal desarrollo vegetativo.
Cosecha
2000 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la valoración de “Buena”

Aunque la cosecha estuvo condicionada por la alta producción, lo que propició la obtención de una diversidad de calidades, Hay que destacar el hecho de que en los viñedos viejos (más del 30% del total) y en aquellos que presentaban producciones moderadas, sobre todo en zonas con altitud por encima de los 450 m., las uvas ofrecieron parámetros de calidad que permitían augurar vinos excelentes, con un gran potencial para el envejecimiento, y que algunos consideraban incluso superiores a los de la cosecha 94. De hecho, puede afirmarse que los parámetros estadísticos que utiliza el Consejo para realizar la valoración global de la añada son superiores a los de la cosecha 1999, aunque finalmente se haya otorgado la misma valoración de “buena” a esta cosecha 2000.
Cosecha
2001 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la máxima valoración de
"EXCELENTE"
La
climatología durante
el ciclo noviembre 2000/agosto 2001 puede valorarse como adecuada
para un normal desarrollo del ciclo vitícola. La pluviometría se
ajustó a los valores
medios habituales
en la Denominación, si bien su reparto fue irregular, ya que entre
noviembre y abril las lluvias fueron abundantes, mientras que la
primavera fue seca y el verano, dentro de la habitual sequía que le
caracteriza, contó con suficiente aporte de lluvia gracias a las
tormentas habidas. Las
temperaturas fueron suaves en invierno y excepcionalmente altas en
periodos concretos de primavera,
alcanzando valores de 40 grados en mayo y junio, mientras que en el
verano siguieron parámetros normales. La incidencia de las heladas y
pedriscos fue muy poco relevante.
En su conjunto, la evolución del viñedo fue muy satisfactoria y responde a los parámetros de un ciclo normal, con cierto adelanto por las buenas temperaturas tanto en la brotación, floración y cuajado, como en el proceso final de maduración. La mayor parte de la Denominación tuvo un excelente cuajado, presentando las cepas un buen número de racimos.
La excepción a este buen cuajado general se ha encontrado en viñedos viejos situados en suelos sueltos y áridos donde el cuajado coincidió con las altas temperaturas mencionadas, con una incidencia clara en la disminución de expectativas productivas. Este mismo tipo de viñedos presentaban a primeros de julio los efectos de un moderado estrés hídrico, que en la mayoría de los casos se superó con las lluvias caídas posteriormente.La vendimia. El Comienzo de la vendimia tuvo lugar en la subzona de Rioja Alta y Alavesa durante los primeros días de octubre. La calidad fue notable y a ello contribuyó tanto la buena sanidad del fruto como la bonanza climatológica que acompañó la última fase de la maduración, permitiendo realizar la vendimia en condiciones óptimas de calidad hasta su finalización el 3 de noviembre en Labastida.
Desde las primeras muestras tomadas por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador en el seguimiento de la maduración, se comprobó que el tamaño del grano era menor que otros años y, en consecuencia, el grano pesaba menos y había una buena relación pulpa-hollejo, aspecto importante para obtener uvas de calidad, a la vez que disminuían las expectativas productivas. Desde el punto de vista cualitativo, el informe realizado por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador confirmó las expectativas de una cosecha de excepcional calidad que habían generado la magnífica evolución del ciclo vegetativo y el buen estado sanitario de todas las variedades de uva. A la vista de los resultados del examen analítico realizado para la calificación de todos los vinos elaborados, tanto las graduaciones alcohólicas, como la acidez y los índices de intensidad colorante y polifenoles obtenidos han sido superiores a la media de todas las cosechas anteriores y muy homogéneos en la mayor parte de la producción, por lo que los vinos resultarán muy idóneos para el envejecimiento.
Ninguna otra cosecha, desde que en 1980 se implantó la calificación rigurosa mediante examen analítico y cata de todos los vinos producidos, había ofrecido unos porcentajes tan amplios de vinos de muy alta calidad. La media de los parámetros analíticos es sin duda la mejor obtenida hasta la fecha, superior incluso a los de cosechas tan emblemáticas como la de 1994. Tan solo 9 cosechas fueron consideradas "Excelentes" por el Consejo Regulador a lo largo del pasado siglo, siendo las tres últimas las de 1995, 1994 y 1982.
En su conjunto, la evolución del viñedo fue muy satisfactoria y responde a los parámetros de un ciclo normal, con cierto adelanto por las buenas temperaturas tanto en la brotación, floración y cuajado, como en el proceso final de maduración. La mayor parte de la Denominación tuvo un excelente cuajado, presentando las cepas un buen número de racimos.
La excepción a este buen cuajado general se ha encontrado en viñedos viejos situados en suelos sueltos y áridos donde el cuajado coincidió con las altas temperaturas mencionadas, con una incidencia clara en la disminución de expectativas productivas. Este mismo tipo de viñedos presentaban a primeros de julio los efectos de un moderado estrés hídrico, que en la mayoría de los casos se superó con las lluvias caídas posteriormente.La vendimia. El Comienzo de la vendimia tuvo lugar en la subzona de Rioja Alta y Alavesa durante los primeros días de octubre. La calidad fue notable y a ello contribuyó tanto la buena sanidad del fruto como la bonanza climatológica que acompañó la última fase de la maduración, permitiendo realizar la vendimia en condiciones óptimas de calidad hasta su finalización el 3 de noviembre en Labastida.
Desde las primeras muestras tomadas por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador en el seguimiento de la maduración, se comprobó que el tamaño del grano era menor que otros años y, en consecuencia, el grano pesaba menos y había una buena relación pulpa-hollejo, aspecto importante para obtener uvas de calidad, a la vez que disminuían las expectativas productivas. Desde el punto de vista cualitativo, el informe realizado por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador confirmó las expectativas de una cosecha de excepcional calidad que habían generado la magnífica evolución del ciclo vegetativo y el buen estado sanitario de todas las variedades de uva. A la vista de los resultados del examen analítico realizado para la calificación de todos los vinos elaborados, tanto las graduaciones alcohólicas, como la acidez y los índices de intensidad colorante y polifenoles obtenidos han sido superiores a la media de todas las cosechas anteriores y muy homogéneos en la mayor parte de la producción, por lo que los vinos resultarán muy idóneos para el envejecimiento.
Ninguna otra cosecha, desde que en 1980 se implantó la calificación rigurosa mediante examen analítico y cata de todos los vinos producidos, había ofrecido unos porcentajes tan amplios de vinos de muy alta calidad. La media de los parámetros analíticos es sin duda la mejor obtenida hasta la fecha, superior incluso a los de cosechas tan emblemáticas como la de 1994. Tan solo 9 cosechas fueron consideradas "Excelentes" por el Consejo Regulador a lo largo del pasado siglo, siendo las tres últimas las de 1995, 1994 y 1982.
Cosecha
2002 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la valoración de “Buena”.
Las
temperaturas del mes de diciembre de 2001, de hasta 15
grados bajo cero, probablemente afectaron a la fisiología de la
planta y fueron causantes de las disfunciones observadas en la
brotación y posterior desarrollo del ciclo vegetativo. Asimismo, la
sequía del otoño-invierno se sumó a la sequía que padeció el
viñedo durante toda la campaña anterior y que dejó disminuidas las
reservas hídricas de la planta. La conjunción
de estos factores originó una brotación débil e
irregular, principalmente en la variedad
Tempranillo, con un menor número de racimos en general y de un
tamaño más reducido, sobre todo en viñedos situados en secano. A
estos factores se les añadieron las heladas del 5 y 16 de
abril, que afectaron a una parte de la denominación, con daños
importantes y desigualmente repartidos en función del estado
vegetativo. Aunque la recuperación vegetativa de los viñedos
afectados por la helada fue buena después de las lluvias de
primavera y principio del verano, la recuperación productiva fue
escasa en general. Por último, otro factor que condicionó la merma
de cosecha en 2002 fue el bajo e irregular
porcentaje de
cuajado. Respecto al estado sanitario del viñedo puede
afirmarse que fue bueno en general durante todo el ciclo para todas
las variedades de uva, aspecto significativo desde el punto de vista
de la calidad final del fruto. Los meses de verano añadieron
incertidumbre al desarrollo del ciclo con una climatología
anómala. Sobre todo en Rioja Alta y Alavesa las lluvias
fueron superiores a lo normal, lo que mejoró la situación
vegetativa del viñedo y las expectativas productivas, pero las bayas
aumentaron excesivamente de volumen y se produjeron roturas que
indujeron al desarrollo de los primeros focos de botrytis.
La
vendimia se produjo una reducción significativa respecto a
la anterior cosecha producto de la irregular climatología que
acompañó la evolución del ciclo vegetativo, con incidencia
de factores climatológicos como la sequía y bajas temperaturas,
que provocaron una brotación y cuajado irregulares,
afectando de forma diferente por zonas y variedades. Según avanzaba
la vendimia en las tres subzonas, las lluvias intermitentes
favorecieron varios ataques de botrytis.
Cosecha
2004 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la máxima valoración de
"EXCELENTE"
Evolución
del viñedo.
El
viñedo riojano ha experimentado un buen desarrollo a lo largo del
ciclo vegetativo de la cosecha 2004 gracias a una climatología que,
en términos generales, ha sido favorable para la obtención de una
cosecha de alta calidad. Las abundantes precipitaciones en forma de
lluvia y de nieve en toda la Denominación durante el invierno, bien
distribuidas y con valores más elevados en los meses próximos a la
brotación y durante la misma, propiciaron que las necesidades
hídricas del viñedo quedaran perfectamente cubiertas.
El
inicio de ciclo vegetativo sufre retraso debido a las bajas
temperaturas de marzo-abril y primera quincena de mayo, pero después
el ciclo se reanuda con fuerza, recuperando el atraso acumulado. Este
año el viñedo no se ha visto afectado por heladas. A finales de
abril, los Servicios Técnicos del Consejo
Regulador inician el
seguimiento de los viñedos de referencia constatando, en general, un
excelente porcentaje de brotación del 100% de las yemas francas y
abundante brotación secundaria, con necesidad de espergura. Asimismo
la fertilidad también es satisfactoria, con valores de 1'2 y 1'8
racimos por brote en variedades tintas. El viñedo ha completado el
cuajado a finales de junio, de forma correcta en las variedades
tempranillo.
![]() |
Ray Miller |
El
estado vegetativo del conjunto del viñedo al comienzo del
verano es bueno, con abundante masa vegetal y buen estado sanitario,
evolución favorable que continúa en julio con temperaturas
adecuadas y sin incidencia destacable de plagas y enfermedades. Las
tormentas que se producen de forma dispersa en toda la Denominación
suponen un aporte hídrico que contribuye a mantener el buen estado
vegetativo del viñedo, aunque, ya en agosto, esta humedad resulta
excesiva en algunos casos y provoca la aparición de focos de mildiu
y botrytis, sobre todo en brotes jóvenes, sin trascendencia
significativa para la evolución del viñedo.
En
la primera semana de agosto, comienza el envero de
las diferentes variedades de uva con temperaturas inferiores
a las normales en estas fechas y diferencias muy
marcadas entre el día y la noche, lo que propicia una evolución
más lenta de la maduración, con un retraso del ciclo de dos a
tres semanas. A finales de agosto la situación vegetativa y
sanitaria del viñedo es buena y la evolución de los parámetros de
maduración de la uva muy favorable. A partir de aquí se
producen entre los días 1 a 10 de septiembre tormentas de lluvia
generalizadas en toda la denominación acompañadas de temperaturas
elevadas y ambiente bochornoso que favorece el desarrollo de focos de
botrytis, con una incidencia muy irregular dependiendo del
tipo de suelo, orientación, variedad, conducción del viñedo,
labores culturales, estado vegetativo y tratamientos efectuados.
A
partir del 11 de septiembre empieza un excepcional periodo de bonanza
climatológica, que se prolongará hasta la finalización de la
vendimia, con días soleados y temperaturas moderadas por el día y
frescas por la noche gracias al viento dominante del norte y noreste.
Esta climatología propicia la mejora del estado sanitario del viñedo
con desecación de la botrytis del racimo y una
evolución muy favorable de la maduración, aunque lenta e irregular.
Los viñedos con una viticultura racional, con producciones
moderadas, bien ventilados, con buen estado de la masa vegetal,
evolucionan favorablemente y presentan magníficas perspectivas de
calidad, mientras que en los viñedos con rendimientos elevados se
procede a la eliminación de racimos para favorecer dicha evolución.
Una
vendimia selectiva con climatología excepcional
Se
inició la vendimia a mediados de octubre de forma generaliza en las
subzonas Rioja Alta y Rioja Alavesa y dándose por finalizada el día
9 de noviembre. Se produce una situación de irregularidad en el
proceso de maduración que presentaba el viñedo, dependiendo de la
zona y de su cuidado. Se requería una vendimia selectiva,
diferenciada y paciente como mejor forma de conseguir el objetivo de
optimizar la calidad de la cosecha. Esto provocó una inusual
duración de la recolección de hasta un mes en muchas localidades.
Cosecha
2005 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la máxima valoración de
"EXCELENTE"
Evolución
del ciclo vegetativo.
El
final del ciclo anterior se desarrolló con un buen agostamiento,
ausencia de heladas y precipitaciones escasas. La parada vegetativa
de esta campaña se ha caracterizado por escasas precipitaciones en
forma de lluvia y moderadas de nieve en toda la Denominación,
continuando la escasez de lluvias en los meses próximos a la
brotación y durante la misma. La brotación es buena y dentro de las
fechas normales en Rioja, lo que conlleva un adelanto de entre 7 y 10
días con respecto al año anterior. A finales de abril, los
Servicios Técnicos del
Consejo Regulador inician el seguimiento de los viñedos de referencia constatando, en general, un buen porcentaje de brotación del 100% de las yemas francas. Asimismo la fertilidad también es satisfactoria con valores de 1’2 y 1’6 racimos por brote, en variedades tintas, y algo inferior en la variedad viura.
Consejo Regulador inician el seguimiento de los viñedos de referencia constatando, en general, un buen porcentaje de brotación del 100% de las yemas francas. Asimismo la fertilidad también es satisfactoria con valores de 1’2 y 1’6 racimos por brote, en variedades tintas, y algo inferior en la variedad viura.
El
viñedo ha completado el cuajado en toda la denominación a mediados
de junio, presentando un buen estado vegetativo y sanitario, y
manteniendo los 10 días de adelanto con el ciclo anterior.
Respecto
a las necesidades de agua hasta el final del
cuajado, aunque las precipitaciones han sido moderadas, han tenido
una buena distribución a lo largo del ciclo fenológico y
han sido suficientes para cubrir el período brotación-cuajado. En
el mes de junio cayeron tormentas dispersas en gran parte de la
denominación, que aportaron una buena cantidad de agua. No obstante,
a partir de estas fechas las necesidades de agua en la vid son muy
exigentes y el mes de julio fue especialmente seco, a pesar de lo
cual, a finales de ese mes, el estado sanitario era muy bueno en
general y el estado vegetativo bueno también, apreciándose una
vegetación moderada y equilibrada. Aunque desde el mes de enero las
precipitaciones hayan sido claramente inferiores a las de un año
normal, el estrés hídrico ha sido aceptable, acusándose
puntualmente en viñedos de secano con suelos ligeros afectados por
una moderada desfoliación basal. El riego se prohibió a partir del
8 de agosto en la Rioja Alta y Alavesa.
El
envero se desarrolla con normalidad desde mediados de julio,
continuando el ciclo con un adelanto de unos 10 días con relación
al año anterior, pero dentro de la media habitual en
la Denominación. Según las conclusiones del primer Control de
Maduración realizado por el Consejo Regulador el 22 de agosto, la
situación general del viñedo era excelente, tanto desde el punto de
vista vegetativo como sanitario, y la evolución de la maduración
correcta y ajustada en el tiempo a la media normal en la
Denominación.
La
vendimia. Los
primeros días de septiembre se inicia puntualmente la vendimia en la
zona más oriental de Rioja, pero se frena debido al magnífico
estado vegetativo y sanitario, así como al hecho de que las
temperaturas son moderadas por el día y frescas por la noche, lo que
propicia una ralentización de la maduración de los azúcares más
acorde con la evolución de la maduración fenólica, ideal desde el
punto de vista de la calidad. Se lleva a cabo la
vendimia de las variedades tintas en Rioja Alta y Alavesa en la
última semana de septiembre.
Cuando queda de un 10 a un 15% de la cosecha por recoger comienza a
partir del 12 de octubre un periodo de lluvias que dificultan la
finalización de las tareas de vendimia y afectan al peso y
características de la uva.
Tras
casi dos meses de duración, como suele ser habitual, se da por
finalizada el día 29 de octubre la vendimia 2005 con resultados más
que satisfactorios, ya que la uva ha entrado en las bodegas en
excelentes condiciones sanitarias y con parámetros analíticos que
corresponden a una cosecha de extraordinaria calidad. Por otra
parte, la cosecha 2005 no solo se ha mostrado generosa en
cuanto a su calidad, sino también desde el punto de vista de su
cuantía.
Cosecha
2006 → la D.O. Ca. Rioja otorgó la valoración de “Muy Buena”.
Para
ello fue necesaria la actuación responsable de los viticultores a la
hora de asumir la contención de rendimientos (6.500 kg. por hectárea
para las variedades tintas y 9.000 kg. para las variedades blancas).
Tras
un ciclo vegetativo en que el agua acumulada del
invierno en el subsuelo facilitó la buena vegetación de la vid en
primavera, contrarrestando las altas temperaturas y la sequía del
verano, la situación general del viñedo en fechas previas a la
vendimia era buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como
sanitario. La vendimia se desarrolló entre el día 1 de septiembre y
el 27 de octubre de forma escalonada y selectiva.
Evolución
del ciclo vegetativo
La
parada vegetativa de esta campaña se caracterizó por
precipitaciones moderadas en toda la Denominación, continuando la
misma tónica en los meses próximos a la brotación y durante la
misma. La brotación en general fue buena y en
fechas habituales. Los Servicios Técnicos constatan, en general, un
porcentaje de brotación del 100% de las yemas francas. Asimismo la
fertilidad también es alta con valores 1,1 y 1,6 en la variedad
Tempranillo. El viñedo a mediados de junio se encuentra con el
cuajado completado en toda la Denominación, manteniendo una semana
de adelanto con el ciclo anterior. En general, buen cuajado.
Respecto
a las necesidades de agua, las precipitaciones y su buena
distribución a lo largo del ciclo fenológico son suficientes para
cubrir el período brotación-cuajado. A finales de julio el viñedo
presentaba buen estado vegetativo y sanitario y adelanto del ciclo.
Las precipitaciones fueron superiores a las de la campaña anterior y
abundantes en gran parte de la Denominación, lo que propició el
desarrollo de abundante masa vegetal. La reserva de agua en esta
campaña es superior al año anterior y, por tanto, el riesgo de
enfermedades por hongos mayor, por lo que se constatan algunos focos
de mildiu en hojas y racimos (incluso secos) y de forma más aislada
focos de oidio, araña y polilla.
En
agosto el tiempo transcurre más seco, con apenas tormentas,
y las temperaturas se suavizan con valores nocturnos especialmente
bajos. La evolución del viñedo se ralentiza y el adelanto
que se preveía queda minimizado. El viñedo a finales de agosto
se encuentra con buen estado vegetativo y sanitario en general y
suficientes reservas de agua. El tiempo es seco y soleado, con
temperaturas moderadas de día y bajas de noche, ideal para culminar
con éxito el proceso de maduración de la uva.
![]() |
De los pintores Peru Magdalena y Gotzon Garaizabal |
Comienza
la vendimia. Durante
los primeros días de septiembre, la evolución de la maduración
puede calificarse como correcta y ajustada en el tiempo a la media
normal en la Denominación, sin embargo las temperaturas elevadas
paralizan dicha evolución, sobre todo de los parámetros del color,
sucediéndose a partir de entonces de forma irregular, por lo
que resulta
imprescindible hacer vendimia selectiva.
Se
constata una evolución normal de la maduración glucométrica
y algo más retrasada la fenólica, destacando también la
diferencia de evolución en función de la carga de la cepa. Durante
la última decena de septiembre se inicia la vendimia de las
variedades tintas en Rioja Alta y Alavesa,
generalizándose a primeros de octubre la vendimia en toda la
denominación. El tiempo acompaña una semana más y entra la uva en
buenas condiciones sanitarias. Con el 90% vendimiado para mediados de
mes, se entra en la fase final nuevamente con tiempo inestable y
lluvias intermitentes, hasta que finaliza la vendimia el 27 de
octubre.
Fuentes:
http://www.artadi.com/
http://www.verema.com/foros/foro-vino/temas/670879-decada-pagos-viejos-artadi
http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_Cantabria
file:///C:/Users/Quarque/Downloads/28_0_2_C_3_Rioja%20Alavesa_documento_cas.pdf
http://www.vilaviniteca.es/es/nc_gestion_int/BLANCOS+PARA+LA+PRIMAVERA
https://www.vinissimus.com/es/bodegas/?id_bodega=artd
http://lolioverthewine.blogspot.com.es/2011/06/ciclo-biologico-de-la-vid.html